AGRICULTURA ECOLÓGICA Y “SEGURA”. NUEVAS ESTRATEGIAS DE DESARROLLO EN EL MUNDO RURAL ANDALUZ

El mundo rural andaluz ha sido objeto en los últimos años de un proceso de modificación y resignificación de sus funciones y de creciente intervención institucional, a partir de la imposición de una serie de directrices diseñadas desde Europa que han afectado, en gran medida, la evolución de estos territorios. Unas dinámicas que han terminado por diluir las diferencias entre el mundo rural y urbano, al mismo tiempo que se consolida una percepción de ambos espacios como realidades heterogéneas, volviendo a reproducir a nivel simbólico, la dicotomía rural-urbano, supuestamente superada. Un fenómeno de recreación e idealización de lo rural, ligado al interés de una sociedad crecientemente urbanizada e industrializada por unos lugares, costumbres y sentimientos que se perciben de forma nostálgica como supervivencias de un modo de vida ya casi perdido. Estos cambios en la concepción y demanda de lo rural aparecen vinculados a las nuevas tendencias en el consumo ya que, ante la homogeneización y masificación de gustos y costumbres, se genera un renovado interés por lo local como el espacio de “lo singular”, “lo natural” o “lo auténtico”.

Es en este contexto como podemos entender que la agricultura ecológica constituya una práctica en alza dentro de este nuevo modelo de ruralidad. Un sistema productivo fomentado y apoyado desde instancias europeas, por cuanto responde a la tendencia de ambientalización y multifuncionalidad de la agricultura, a la constatación de los graves problemas generados por un modelo intensivo y productivista, así como a la aparición de las nuevas dinámicas del consumo que, ante los sucesivos escándalos alimenticios de los últimos años, demandan productos con una calidad y trazabilidad asegurada.

Partiendo de este contexto, el objetivo principal de este trabajo es analizar las estrategias implementadas en una comarca como la de la Sierra de Segura para hacer frente a las nuevas funciones asignadas a los espacios rurales, especialmente para aquellos que están insertos en Parques Naturales, profundizando en las iniciativas que tengan como eje principal la potenciación y el fomento de la agricultura ecológica. En definitiva, se trata de abordar, tanto el marco político general, como el papel que dentro del mismo se está asignando a la agricultura ecológica, para luego descender al territorio y ver qué acciones concretas se están desarrollando en la Sierra de Segura, lo que nos permitirá conocer la situación actual del sector en la zona.

Como hipótesis de partida consideramos que la progresiva centralidad que está adquiriendo la agricultura ecológica en los programas de desarrollo rural y en la política de protección de los espacios naturales radica en su multifuncionalidad y en su capacidad para movilizar recursos de diversa índole y de generar sinergias, entroncando con las nuevas demandas sociales de calidad y seguridad alimentaria. Creemos que el destacado papel que la agricultura ecológica posee en el modelo de desarrollo implementado en la Sierra de Segura estriba en su potencialidad para aunar los objetivos de producción y conservación, propiciando, por un lado, la dinamización socioeconómica de la comarca y, por otro, los valores de “naturalidad” y “sostenibilidad” que se desprenden de la figura de Parque Natural.

En este sentido, nuestra unidad de análisis está conformada por las estrategias de desarrollo rural puestas en marcha en la Sierra de Segura en torno a la producción, elaboración, comercialización y difusión de productos ecológicos. Esta comarca constituye, por tanto, nuestra unidad de observación al ser una zona pionera en Andalucía en la implantación de la agricultura ecológica, experiencia que actualmente se ha consolidado como una estrategia de incentivación y desarrollo de un territorio tradicionalmente marginal y aislado, enmarcado en uno de los Parques Naturales más grandes de Europa.

En cuanto a la metodología, hemos combinado la perspectiva antropológica de observación y análisis de los hechos sociales, atendiendo a la multiplicidad de dimensiones que lo conforman, con una mirada histórica que nos permita realizar un análisis procesual del fenómeno que estudiamos. Las líneas básicas de nuestro marco teórico y las mismas características del tema hacían necesario combinar el enfoque microsocial, con una visión macro, que nos permitiera analizar las cambios operados en el objeto de estudio como consecuencia del diseño y aplicación de unas políticas y directrices globales.

Para conseguir los objetivos propuestos hemos empleado un conjunto de técnicas de investigación, fundamentalmente cualitativas como el análisis de fuentes documentales, la observación participante y la entrevista. En relación a la primera se ha realizado una revisión exhaustiva de la bibliografía existente sobre globalización, desarrollo rural y agricultura ecológica, ejes fundamentales de la investigación. Las técnicas de observación participante y el trabajo de campo se han aplicado a través de la estancia continuada de la investigadora durante siete meses en la Sierra de Segura y se ha realizado un total de 41 entrevistas a informantes privilegiados con el fin de obtener una visión amplia de la zona.

 

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