BIODESINFECCIÓN DE SUELOS Y RESIDUOS AGROINDUSTRIALES EN PRODUCCIÓN ECOLÓGICA

La biodesinfección de suelos con el empleo de restos agrarios puede ser una alternativa a los desinfectantes químicos, con una acción eficaz en el manejo ecológico de organismos patógenos causantes de enfermedades en los cultivos, permitiendo diseñar sistemas agrarios de producción con criterios ecológico, al mismo tiempo que la conservación del medio ambiente, siempre que se cuente con expertos que nos permitan diseñar  modelos agronómicos que se complementen  con el conocimiento de los agricultores. Los biodesinfectantes  estudiados incrementan la abundancia y diversidad de los nematodos saprófagos del grupo de los rabdítidos, que son fundamentales en la descomposición de la materia orgánica. No se observa, por lo general, efecto fitotóxico, aunque se ha desarrollado un método para poder determinar la fitotoxicidad mediante la determinación del efecto de los biodesinfectantes sobre la germinación de semillas.

La vinaza de caña de azúcar como las de remolacha o vino son alternativas eficaces en el manejo de los organismos patógenos en los cultivos, destacando su acción selectiva sobre diferentes microorganismos importantes en la descomposición de la materia orgánica, y nos permite señalar que el suelo tiene una alta actividad biológica. Los estiércoles de origen animal estudiados, estiércol de vaca solo o combinado, han resultado altamente eficaces en el manejo del nematodo endoparásito Meloidogyne incognita, alcanzando un 100% de mortandad, presentando al final del cultivo índices de nodulación inferiores a dos. En el caso del estiércol, se incrementan los nematodos saprófagos del grupo de rabdítidos y los enquitreidos que son de gran interés en la descomposición de la materia orgánica, aumentan también los doriláimidos, puesto que se observa que se recuperan cuando pasan varios meses de la aplicación de los biodesinfectantes. Se puede concluir que los residuos agroindustriales aplicados como biofumigantes han sido altamente eficaces en la mejora de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, así como en el manejo de M. incognita e incrementan los nematodos saprófagos y enquitreidos, con una aumento ligero de los doriláimidos , que son nematodos muy sensibles a los cambios producidos por la aplicación de agroquímicos, especialmente a dosis superiores a 12.000 l/ha. Las dosis aplicadas de biodesinfectantes (vinazas de caña de azúcar, remolacha o vino) influyen positivamente en la biodiversidad funcional del suelo, observándose un incremento en la cantidad de hojas, longitud de la raíz y tallo, señalando que no apareció ningún fenómeno de fitotoxicidad.

De los experimentos de campo se concluye que no es necesaria la utilización de plástico en los suelos con alto contenido de arcilla, especialmente caolinita, y poco profundos. El plástico se puede sustituir, además, añadiendo a los biodesinfectantes sólidos como el estiércol, sustancias líquidas como vinazas que son biodegradables y favorecen la retención de gases. La dosis de biodesinfectante se puede reducir cuando se conoce la distribución de los patógenos en los suelos y se hace una correcta distribución de los mismos, siendo fundamental mantener los niveles de humedad puesto que favorece la fermentación y la producción de gases, incrementando el número de rabdítidos que prolonga en el tiempo la eficacia. Todo ello demuestra el interés de los estudios agronómicos que permiten el diseño de modelos sobre la base de una agricultura ecológica.

Se comprobó que el manejo de la diversidad ambiental puede dar lugar a sistemas supresivos con capacidad de autoregularse dentro de un contexto ecológico. En este caso cuando se trabajó con la platanera, se apreció que las mismas mantenía la presencia de organismos patógenos regulados teniendo en cuenta el manejo de la temperatura tanto aérea como dentro del suelo, aspectos importantes en el manejo de los nematodos fitoparásitos, especialmente del género Meloidogyne, que son capaces de causar pérdidas altas en el cultivo. Se señala la necesidad de centrarse en la selección de criterios ecológicos que nos permitan regular la complejidad de los problemas planteados por nematodos fitoparásitos y otros organismos patógenos, sobre todo ante la dificultad de encontrar alternativas eficaces de control, tanto desde el punto de vista de la utilización de productos químicos, como biológicos mediante el uso de variedades resistentes, cuya durabilidad en el tiempo depende fundamentalmente del sistema de cultivo, así como para la optimización de la eficacia biofumigante de los materiales orgánico utilizados, puesto que pueden ser heterogéneos. Es fundamental planteamientos desde el punto de vista agronómico, mediante estudios de ecología de los sistemas agrarios que nos permitan definir cuáles son los elementos y procesos claves en la gestión de un cultivo, centrándonos en el manejo de la diversidad, pero no sólo de la diversidad biológica , especialmente sus aspectos funcionales, mediante la utilización de variedades resistentes, es también importante el manejo de la diversidad ambiental, especialmente en los ambientes mediterráneos, a través de las variaciones de las estaciones a lo largo del año y la variabilidad espacial, pero sobre todo a través de la armonización de ambas que están  relacionada con las técnicas de cultivo (diversidad cultural). El uso reiterado de la biodesinfección mejoró la eficacia de los tratamientos anteriores sin observarse efectos negativos sobre la planta, aunque se deben tener muy en cuenta las dosis, época y método. En el cultivo de la platanera la especie más frecuente fue M. javanica, nematodo que no se desarrolla cuando las temperaturas son inferiores a los 20 oC, aspecto importante a la hora de realizar un manejo agronómico. Se comprobó que con el diseño de la época de brotación y el deshije en platanera, se puede realizar una verdadera estructura de comercialización dentro del sistema.

En el estudio de la ecotoxicología de los biodesinfectantes se encontró sólo fitotoxicidad en la vinaza de vino, ya que ésta en su constitución puede presentar compuestos con efecto biodesinfectante que deben ser estudiados, aspecto este importante en la eliminación de fitoparásitos, no afectando a otros organismos que no constituyen plagas y enfermedades. Todas las materias orgánicas utilizadas en biodesinfección del suelo incrementan la fertilidad de los suelos, por lo que se debe de tener en cuenta a qué parámetros afecta para posteriormente proponer un plan de fertilización en función de las necesidades de cada cultivo, así reducimos costes de producción y mejoramos las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, Además se ha observó que aunque se aumentan tanto el sodio como el calcio, estos no causan cambios aparentes en el pH del suelo y de los valores de la conductividad eléctrica, disminuyendo respecto al análisis inicial y el resto de los elementos mantiene comportamiento medio aceptable. La biodesinfección como manejo agronómico puede ser utilizada en los sistemas agrarios para la gestión de restos agrarios, incrementando la fertilidad del suelo, sus propiedades físicas, químicas y biológicas, reduciendo costes de producción, su impacto en el medioambiente, dando valor añadido a la materia orgánica, debiéndose tener en cuenta que su naturaleza es diversa, pudiendo ser sólida o líquida, donde se desprenden gases capaces de actuar sobre los microorganismo causando un efecto biostático, reduce el consumo de agua y fertilizantes, no observándose ecotoxicidad, aumenta la fauna edáfica con la presencia de nematodos saprófagos, especialmente rabdítidos, así como los rendimientos de los cultivos. La utilización de restos de la agroindustria azucarera y de cultivos permite cerrar ciclos de materia y energía, es más económico y sostenible por la utilización de recursos locales. La biodesinfección es una alternativa agroecológica para mantener el equilibrio en los agrosistemas siguiendo criterios agronómicos.

Se pudo comprobar que la biodesinfección de suelos se comprobó que la inducción de procesos y en la producción de sustancias volátiles que actúan fundamentalmente como fumigantes (biofumigación) para el manejo de patógenos de vegetales, mediante la descomposición de las enmiendas orgánicas y residuos agroindustriales, con un efecto selectivo sobre la actividad biológica, disminuyendo las poblaciones de fitoparásitos o fitopatógenos y favorecer a los organismos antagonistas. Se propone el término de biodesinfección de suelos puesto que la materia orgánica puede ser de naturaleza diversa, tanto sólida como es el caso de los restos agrarios y el estiércol, o líquida como las vinazas de remolacha, vino o caña de azúcar e incluso los purines de origen animal que a través de procesos de descomposición dan lugar a gases con efectos biofumigante. La biodesinfección de suelos incrementa su eficacia al aumentar la temperatura (biosolarización).  Las investigaciones futuras se deben centrar en el conocimiento de los procesos implicados en la acción de los biodesinfectantes, teniendo en cuenta los diferentes cultivos, suelo y regiones agroclimáticas, con el fin de optimizar los métodos de aplicación. Pero, sobre todo, no debemos olvidar la diversidad cultural que nos permite manejar el ambiente a través de las culturas agrarias, teniendo en cuenta un compromiso social que se fundamente en una alimentación responsable y solidaria, usando criterios de soberanía alimentaria que permita que los ciudadanos elijan los alimentos en función de su repercusión sobre el medio ambiente, la salud de los seres vivos y la equidad social.

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