IMPACTO DE LA VEGETACIÓN EN EL CONTROL BIOLÓGICO POR CONSERVACIÓN DE PLAGAS EN OLIVARES ECOLÓGICOS.

En el agroecosistema del olivar existen varias plagas, unas principales (Bactrocera oleae, Prays oleae y Saissetia oleae) y otras secundarias (Euphyllura olivina, Phloeotribus scarabaeoides o Euzophera pinguis) que dependiendo de los años y las zonas, pueden producir elevadas pérdidas en la producción, por lo que es necesario controlar sus poblaciones pero sin degradar el medio ambiente. Dado el potencial ecológico del olivar, una de las medidas recomendadas como prioritarias es el control biológico, el cual se basa en la relación de las plagas con sus enemigos naturales entomófagos (depredadores y parasitoides) y entomopatógenos (hongos, bacterias, virus y nematodos). Dicho control se lleva a cabo mediante distintas estrategias entre las que se encuentra el  control biológico por conservación, cuyo objetivo es mejorar o proteger el hábitat para favorecer la abundancia y eficacia de los enemigos naturales, al proporcionarles los recursos necesarios para su establecimiento y permanencia en el cultivo, como son alimento (polen y néctar), refugio y presas alternativas.

Según la teoría, el incremento de la diversidad y/o abundancia de enemigos naturales tendrá consecuencias en el control biológico de plagas debido a que aumentando el número de especies de la comunidad de enemigos naturales se incrementarán las posibilidades de que alguna de esas especies actúe de manera efectiva contra las plagas. No obstante, recientes investigaciones en este campo han desvelado que el fomento de la biodiversidad “per se”, en muchos casos, no es suficiente para controlar de manera efectiva las plagas por lo que las acciones deben ir dirigidas a potenciar aquella diversidad que pueda serle útil al agricultor. También existe un gran debate acerca de si una sola especie o pequeños conjuntos de especies de enemigos naturales son más efectivos que grandes conjuntos, por lo que el desafío está en identificarlos. Diferentes procesos que se producen en los agroecosistemas (depredación intragemial, alteración del control biológico de una plaga ante la presencia de presas alternativa, asincronismo entre los herbívoros y sus enemigos naturales, etc…) podrían estar detrás del motivo de la controversia, por lo que es imprescindible, para aplicar estrategias efectivas de control biológico por conservación, conocer los componentes del agroecosistema y las complejas interacciones que se establecen entre ellos.

En el caso del olivar, la tipología de sus paisajes es muy variada. Si tenemos en cuenta que una mayor diversidad de infraestructuras ecológicas (arbolado, cubierta vegetal espontánea, manchas de vegetación natural, muretes de piedra seca, etc.) permite una gran diversidad de hábitats y por tanto de beneficios específicos, será imprescindible llevar a cabo estudios que nos permitan conocerlos. En este sentido, nuestro grupo de investigación ha centrado el objetivo de los últimos trabajos en determinar el efecto de determinadas infraestructuras ecológicas del agroecosistema del olivo en el control biológico por conservación, así como los posibles efectos antagonistas o complementarios que se produzcan entre los diferentes agentes de control biológico. Los objetivos del trabajo que aquí presentamos son: (i) conocer los posibles efectos conjuntos de las cubiertas vegetales y la vegetación adyacente al olivar sobre los enemigos naturales; (ii) determinar la influencia de distintos tipos de vegetación sobre el control biológico por conservación de las plagas Prays oleae y Euphyllura olivina; y (iii) profundizar en el conocimiento de las relaciones entre distintos grupos de enemigos naturales y las plagas P. oleae y E. olivina.

El estudio fue llevado a cabo durante los años 2010 y 2011 en una finca experimental de olivar de unas 235 ha. cerca de la ciudad de Granada. Esta finca comprende dos zonas adyacentes separadas por una ensenada ocupada por vegetación natural. Cada zona de olivar fue divida en dos subzonas, una con suelo desnudo y otra con cubierta vegetal que ocupaba una anchura de 2,5 m entre las calles de los olivos. En el paisaje que rodea la finca predomina el cultivo de olivar, salpicado de manchas de vegetación natural situadas principalmente en zonas marginales del cultivo y compuestas de especies típicas del bosque mediterráneo. Tres tipos de manchas de vegetación natural adyacente fueron detectados y catalogados dentro y cerca de la finca: herbácea, grandes manchas de vegetación leñosa y pequeñas manchas de vegetación leñosa.

Para determinar las relaciones entre las diferentes infraestructuras ecológicas y la abundancia de plagas y enemigos naturales se utilizaron técnicas de modelación. Mientras que para establecer las diversas interacciones entre enemigos naturales y plagas se usó un novedoso enfoque correlacional.

Los resultados obtenidos indican que:

  1. 1. Las cubiertas vegetales incrementan la abundancia de la mayor parte de los enemigos naturales, por lo que se perfila como una opción prometedora para potenciar sus poblaciones. 2. Grandes manchas de vegetación leñosa pueden a ayudar a incrementar las poblaciones de arañas y parasitoides, creando hábitats alternativos que podrían propiciar la migración de estos individuos hacia el cultivo. Sin embargo, en ausencia de cubiertas vegetales, tales hábitats podrían ser más atractivos para las arañas, probablemente debido a la escasez de recursos existentes en el cultivo.
  2. Pequeñas manchas de vegetación leñosa entremezcladas dentro del cultivo juegan un papel menor en el sostenimiento de las poblaciones de los enemigos naturales.

 

  1. La presencia de cubiertas vegetales incrementa el efecto positivo que las manchas de vegetación herbácea tienen sobre la abundancia de los parasitoides y reduce el efecto negativo que esta vegetación tiene sobre las arañas.
  2. Las manchas de vegetación herbácea y de vegetación leñosa disminuyen la abundancia de las plagas.
  3. La presencia de cubiertas vegetales naturales, aunque incrementan la abundancia de algunos enemigos naturales, no tienen efecto sobre las plagas.
  4. 7. Una sola especie como el heteróptero depredador Anthocoris nemoralis o un conjunto relativamente simple de depredadores, tales como los formados por dos familias de arañas (Araneidae y Liniphiidae) y el neuróptero Chrysoperla carnea, ejercen un mejor control biológico de las plagas que conjuntos más complejos.

Todos estos conocimientos nos van a permitir diseñar estrategias de implementación de manejo de hábitat en el olivar en relación con el control biológico por conservación de dos plagas importantes ya que se han identificado las infraestructuras ecológicas más adecuadas para ello. En el caso de Prays oleae sería recomendable la presencia de vegetación herbácea y de grandes zonas de vegetación leñosa adyacente al olivar, mientras que en zonas con graves problemas de Euphyllura olivina sería aconsejable la presencia de pequeñas zonas de vegetación dentro del cultivo.  Otro aspecto de interés es recomendar la protección y el incremento de las poblaciones Anthocoris nemoralis dado su incidencia sobre la generación antófaga de P. oleae.  Por último, y teniendo en cuenta la complejidad de este tipo de estudios, podemos indicar que este trabajo ha determinado los métodos estadísticos más idóneos para explorar las relaciones entre la biodiversidad y las funciones del ecosistema, con la ventaja de que pueden ser aplicados a un amplio rango de sistemas agrícolas.

Este trabajo se ha realizado teniendo en cuenta que en olivares ecológicos su aplicación será factible dado que entre sus objetivos se encuentra recuperar la fortaleza de los recursos naturales en relación con el control biológico de plagas. La aplicación de esta estrategia permitirá reducir el uso de pesticidas, asegurar la obtención de productos de mayor calidad, cada día más valorada por los ciudadanos, la protección del medio ambiente y la sostenibilidad del este importante cultivo.

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