El manejo convencional de los suelos de olivar (empleo de herbicidas y fitosanitarios en general, roturación de la tierra con arado de vertedera, abonado con productos de síntesis, etc.) puede llevar asociado una disminución de la calidad del suelo (soil quality, en la bibliografía científica internacional) ya que se podría mermar la capacidad del suelo para realzar sus funciones de producción biológica, protección ambiental y sustento de la salud humana. Si a esto le añadimos las malas prácticas (tan generalizadas) en el manejo convencional de estos suelos (sobreabonado, roturación excesiva, aplicación de técnicas no conservacionistas del suelo y del agua que favorecen la erosión, etc.) se llega, además de a una pérdida de calidad del suelo, a importantes problemas ambientales como la degradación de la tierra, la pérdida de biodiversidad, la contaminación de las aguas, y el exceso de emisiones de CO2 a la atmósfera.
En la provincia de Jaén existe una fuerte implantación del manejo convencional en los suelos de olivar con el consiguiente riesgo que esto supone de malas prácticas agrícolas. Esta situación está conduciendo a un generalizado e inevitable descenso en la calidad de estos suelos, con importantes repercusiones tanto económicas como ambientales.
En la provincia de Jaén existe una fuerte implantación del manejo convencional en los suelos de olivar con el consiguiente riesgo que esto supone de malas prácticas agrícolas. Esta situación está conduciendo a un generalizado e inevitable descenso en la calidad de estos suelos, con importantes repercusiones tanto económicas como ambientales. La estimación de la calidad del suelo es una herramienta para evaluar los efectos del uso y el manejo sobre el suelo, y el de gestión del medio para el mantenimiento de los recursos naturales. En un contexto agrícola, la calidad del suelo puede ser dirigida para maximizar la producción en el marco de un impacto medioambiental mínimo.
Se han estudiado los parámetros de calidad de cinco suelos de la provincia de Jaén (España), del Parque natural de Sierra Mágina: cuatro de ellos están dedicados al cultivo de olivo, y el quinto es un suelo natural (Haplic Cambisol). De los cuatro suelos agrícolas, dos tienen un manejo ecológico (un Calcaric Eutric Regosol desarrollado sobre margas y un Cutanic Cromic Luvisol sobre derrubios de calizas). De los resultados obtenidos se puede deducir que los suelos sometidos a cultivo ecológico son los que presentan mayor calidad (respecto al suelo natural y a los de manejo convencional), y especialmente es favorable el Cutanic Cromic Luvisol sobre derrubios de calizas y de manejo ecológico.
En lo referente a la calidad del parámetro estructura, los suelos Cutanic Cromic Luvisols desarrollados sobre derrubios de calizas son los que mantienen una mayor calidad respecto al Haplic Cambisol seleccionado como suelo natural de referencia y a los Calcaric Eutric Regosols sobre margas. De todo ello se desprende: 1) que la calidad de los suelos de olivar de Sierra Mágina está fuertemente influenciada por el factor formador roca madre, aunque se marcan claras tendencias de mejora influida por el manejo ecológico, pese al escaso tiempo de implantación del cultivo (16 años); y 2) el suelo natural presenta peor calidad que el suelo sobre derrubios de manejo ecológico.
Podríamos concluir que el manejo ecológico de estos suelos mejora la calidad de los mismos y, por tanto, se podría asegurar una producción agrícola sostenible en la zona de estudia. Además, una apropiada conversión del manejo de los suelos de convencional a ecológico puede contribuir significativamente al secuestro de carbono orgánico en el agrosistema de olivar, con una mejora en la calidad de la agregación (y estabilización de los agregados), en la calidad biológica, y en los procesos de humificación. Podríamos considerar al manejo ecológico del suelo como un uso ambientalmente sostenible.
