EL MERCADO DE LOS PRODUCTOS ECOLÓGICOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA

Considerando que el no-crecimiento del mercado interno de productos ecológicos puede ser un freno para el desarrollo de la Agricultura Ecológica o una debilidad de un desarrollo que descanse sólo en la exportación de materia prima ecológica, hemos planteado realizar un estudio del mercado de los productos alimenticios ecológicos en la Ciudad de Córdoba,  con el objetivo central de caracterizar este mercado, estudiar las barreras que presenta la expansión del consumo de productos alimenticios ecológicos y poder hacer recomendaciones para estimular este mercado.

Para desarrollar esta investigación hemos centrado los esfuerzos en varios aspectos de este mercado. En  primer lugar, se estudió  el conocimiento y apreciación de los consumidores sobre los productos ecológicos mediante una encuesta que abarcó a 222 consumidores. Posteriormente, se estudió los establecimientos que venden productos ecológicos, analizando la variedad de la oferta, la procedencia de los productos ecológicos, precios, imagen, marketing y visión que en ellos se tienen de los productos ecológicos. Se estudiaron 12 establecimientos donde se venden productos ecológicos y la muestra de productos se tomó entre enero y septiembre de 2001. También se tomó información de los productos convencionales similares en los establecimientos que vendían ambos productos o en cercanos a los comercios ecológicos.

Los resultados de la encuesta a la población muestran que el 75,7 % afirma conocer los productos ecológicos, encontrando un menor nivel de conocimiento en personas mayores de 55 años y amas de casa. Al comprobar esta afirmación, mediante una pregunta control donde se le pedía a los encuestados que identificaran la definición de lo que es un producto ecológico entre cinco posibles, el 67 % acertó directamente, cifra que se elevó a 77 % cuando a los que tenían dudas se les permitió escoger dos posibles respuestas. Las definiciones erróneas más comunes fue la de identificar los productos ecológicos con productos de la huerta o con ser producidos sin conservantes ni colorantes.

Si consideramos que las personas que no conocían los productos ecológicos tampoco lo consumen, encontramos que los que nunca han consumido estos productos alcanzan el 42,8 % de la muestra, los que lo han consumido de forma esporádica un 41%, los que lo consumen con frecuencia un 14,6 % y los consumidores habituales un 1,4 %, no encontrándose diferencias significativas en la respuesta al nivel de consumo, entre edades, sexo u ocupación.

Las principales causas de no consumir productos ecológicos o en poca cantidad fueron, la poca oferta de productos ecológicos (34,4 %), el alto precio (29,9 %) y los pocos comercios (22,1 %), causas que abarcan el 86,4 % de las respuestas. Posteriormente le siguen a estas causas, las personas que plantean que están acostumbrados a consumir productos convencionales o que no desean consumir productos ecológicos (6,5 %), tener  poca información de los productos ecológicos (3,2%) y ya con menos del 2 % tenemos, las personas que plantean no encontrar los productos ecológicos, los que piensan que lo engañan y los que no se han preocupado en buscarlos.

En cuanto a las motivaciones para consumir productos ecológicos, la salud es considerada como la principal motivación (57,5 %), seguida de la preservación de la naturaleza (37 %). Entre las motivaciones clasificadas como “otras”, se debe destacar las relacionadas con la calidad y el sabor y la de aquellos que consideraron que los alimentos ecológicos le daban una mayor confianza y  seguridad.

La evaluación general de los encuestados conocedores de los productos ecológicos es, que su calidad es buena (>90%), su presentación buena (>60%), su precio alto o medio (>90%) y su oferta reducida (>60%).

El análisis de frecuencia de la muestra arroja, que los medios de comunicación masivos fue la vía principal a través de la cual los consumidores encuestados recibieron la información de la existencia de los productos ecológicos, lo que abarcó el  47,8 % de la muestra, destacándose entre ellos la radio y la televisión. Le continúa a los medios de comunicación, los puntos de venta  (22 %) y la comunicación a través de los amigos (20%).

La diversidad de productos ecológicos que se ofertan en los principales establecimientos, demuestra que sólo Almocafre se acerca a una diversidad deseada para el momento actual, pero aún lejos de lo que debemos alcanzar en el futuro. En términos generales la información señala problemas tanto de diversidad como de estabilidad de la oferta, especialmente en frutas y hortalizas.

Los productos ecológicos que se comercializan en la Ciudad de Córdoba proceden en un  70,8 % de España y el 29,2 % restante de 8 países en su casi totalidad europeos. Dentro de los productos que proceden de España, los de Andalucía representan el 31,5 % de los productos ecológicos y si se comparan con todos los productos de la muestra el nivel que ocupan los productos andaluces alcanzan el 22,3 %, sólo superada por Cataluña que aporta el 23,8 % de los productos de la muestra.

Las certificadoras que avalan los productos ecológicos de la muestra son 22, de las cuales el 50 % son de ámbito Español, formadas por los CRAE de diferentes Comunidades Autónomas, que certifican el 68 % de los productos de la muestra y que corresponde al 95,5 % de los productos que tienen como procedencia el país.

En la muestra tomada para este estudio aparecen 100 marcas comerciales o productores hortofrutícolas y ganaderos que comercializan directamente los productos ecológicos con sus nombres. La calidad se midió de forma subjetiva por un evaluador, arrojando que, en  frutas y  hortalizas el 77 % de la muestra tenía una calidad buena o muy buena, un 20 % regular y sólo un 3,3 % fue calificada de mal.

En el caso de los productos elaborados, se realizó una evaluación de la calidad de la presentación, medido esto por el etiquetado, la calidad del envase para el tipo de producto y problemas de defecto del envase o productos en mal estado. La evaluación arroja que el 21 % de los productos fueron calificados de muy bien, un 67 % de bien y sólo un 11,8 % de regular. Los aceites fueron el grupo de alimentos con mayor nivel de calificación, con un 47 % de MB. Es también en este grupo y en las conservas de vegetales donde aparecen un mayor número de productos evaluados de presentación regular con 21 y 20 % respectivamente.

La estructura del precio de venta de las frutas y hortalizas comercializadas por Almocafre también fue objeto de estudio. Como media los agricultores reciben el 65 %, del precio final de venta, el minorista (Almocafre) el 22 % y los portes el 10 %. Se pudo calcular que el precio se incrementa en unas 112 ptas/kg, cuando se compra a través de distribuidoras y que las grandes superficies añaden unas 278 ptas/kg de fruta y hortaliza sobre el precio de un minorista como Almocafre. Se observa que el precio al productor puede sufrir una fuerte reducción al adoptarse cadenas comerciales largas, sobre todo si se desea reducir los precios al consumidor.

Se detallan diferentes problemas que presenta el marketing de los productos ecológicos y entre los más importantes se encuentran la poca divulgación, la deficiente  señalización de los comercios y la confusión que trae las diferentes formas de identificar a un producto ecológico.

Nuestro estudio sitúa en unos 40.000 consumidores, el mercado potencial de productos alimenticios ecológicos a desarrollar a medio plazo en la Ciudad de Córdoba, y se señalan un grupo de medidas que se deben emprender para lograr esta meta, entre ellas están: el aumento de la producción y la diversidad de productos ecológicos, tanto primarios como elaborados, la reducción de los precios, el aumento de los puntos de venta y la mejora de sus servicios, el desarrollo del marketing, apoyo institucional que promueva el consumo, la capacitación e investigación y una organización eficiente del sector que le permita convertirse en el motor impulsor del mercado ecológico.

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